El amor por el Profeta Muḥammad صلى الله عليه وسلم

Que las alabanzas sean para Al-lāh el Dios de los mundos, Quien no se asemeja en absolutamente nada a Sus criaturas, Quien no ocupa un lugar antes de crear los lugares, y Quien existe sin lugar después de crearlos. Quien ha creado el trono para manifestar Su Poder, y no para tomarlo como un lugar para Él, tal y como dijo el Imām ^Aliyy رضي اللّه عنْه. Y que Al-lāh eleve el rango del Profeta Muḥammad (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam) y preserve a su comunidad de lo que el Profeta (^Alahis-Salāt wa s-salām) teme por ella.

Hermanos en el Islām, os recomiendo tal como a mí mismo el temor de Al-lāh ^az-za wa jal-la, de temer a Quien amenaza de un castigo potente para los desobedientes, un castigo en la tumba hecho de fuego, de serpientes, de oscuridad, la tumba que se estrecha, y Dios sabe mejor qué tipo de castigos están reservados, Quien amenaza de un castigo eternamente en el infierno para los descreídos, los ateos, los asociadores a la divinidad y los apóstatas. Hermano de fe, presérvate, preserva tu Islām de lo que puede anularlo, tal como el hecho de insultar a Al-lāh, insultar al Din aceptado por Al-lāh, o insultar a un profeta.

Que sepan que hacemos la alabanza y queremos al Mensajero de Al-lāh (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam) sin contradecir la Ley de Al-lāh. Lo amamos, le queremos, mostramos amor por él عليه الصلاة و السلام y hacemos su alabanza conforme a lo ordenado por Al-lāh subhanahu wa ta^ala y sin exageraciones. Que sepan hermanos en el Islām, que amar al Profeta Muḥammad (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam) forma parte de las obligaciones del corazón, es decir que toda persona responsable según la Ley del Islām debe amar al Profeta Muḥammad (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam), amar al mejor de los mejores, amar a aquel para quien el tronco de palmera seca lloró y gimió como un niño por haber dejado de estar en contacto con él, amar a aquel que nos ha enseñado el Tawhid, el Tanzih de Al-lāh, el hecho de que Al-lāh, Dios, el Único que merece ser adorado, el Único con la capacidad de crear a partir de la nada, Él subhanahu wa ta^ala, no se asemeja en absolutamente nada a todo lo que ha sido creado. Amar al Mensajero de Al-lāh (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam) es un obligación del corazón para cada persona responsable según la ley del Islām. Al-lāh tabaraka wa ta^ala dice en el Qur’an al Karim (lo que significa):

“Dí: Si tenéis amor por Al-lāh seguidme, tendréis la aceptación de Al-lāh, y Al-lāh perdonará vuestros pecados, por cierto, Al-lāh es Quien perdona y es Misericordioso.”

- El Mensajero de Al-lāh (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam) dijo (lo que significa):

“Uno de vosotros no alcanzará un grado de fe completo sino queriéndome más que a su padre, su hijo, y más que a toda la gente.”

Es decir, la persona no tendrá una fe completa hasta que el Mensajero de Al-lāh (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam) sea para él la persona más querida entre todos los seres humanos.

Estén atentos a lo que el Hakim relató en su libro al Mustadrak. Relató que nuestro Maestro ‘Adam (^Alahis-sal-lām), cuando desobedeció a su Señor, y esta desobediencia fue un pecado menor que no contiene una bajeza ni una indecencia, y esto antes de la creación de Muḥammad (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam) dijo lo que significa: “Ya Rabb, te pido perdón por el grado de Muḥammad.”  

Al-lāh az-za wa jal-la le reveló lo que significa: “Oh ‘Adam, ¿cómo conociste a Muḥammad, mientras que aún no lo He creado?”

Por supuesto que Al-lāh lo sabe todo de toda eternidad, por lo tanto no se trata aquí de una pregunta que indicaría una ignorancia por parte de Dios. Nuestro Maestro ‘Adam (^Alahis-sal-lām) dijo (lo que significa): “Oh Al-lāh, porque cuando Tú me creaste levanté la cabeza y vi su nombre escrito en uno de los pilares del Trono:

" لا إلـٰه إلا الله محمد رسول الله"

"Lā Ilāha il-lal-lāh Muḥammadur-rasulul-lāh"

Y fue cuando supe que Tú, no unirías a Tu Nombre sino el nombre de la criatura que más aceptas.”

‘Adam ha entendido que la persona que Allāh más acepta es el Profeta عليه الصلاة و السلام.

Los profetas aman a Muḥammad.

Los ángeles aman a Muḥammad.

Los virtuosos aman a Muḥammad.

Los sahaba, hombres y mujeres amaban a Muḥammad.

Escucha bien la historia de una sahabiyyah. Su historia demuestra hasta que punto querían al Mensajero de Al-lāh (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam). Una mujer de los Ansar, los seguidores de Madinah, el día de la batalla de Uhud (أُحُد)  pensaba que habían matado al Profeta (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam). Ella salió de Madinah para recibir al ejército musulmán que había vuelto. A ella le presentaron a su padre muerto, le presentaron a su hijo muerto, le presentaron a su marido muerto y a su hermano muerto, todos murieron mártires en esta batalla. Y ella buscando decía: “¡Pero, ¿qué le pasó al Mensajero de Al-lāh? !” Le contestaron: “¡Está delante de ti!.” Y cuando llegó frente al Mensajero de Al-lāh (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam) agarró una parte de la vestimenta del Profeta (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam) y le dijo: “¡Te quiero más que a mi padre y a mi madre oh Mensajero de Al-lāh!” Dijo esta mujer: “No me preocupo por nada más mientras estés a salvo”.

Y el sahabiy Zaid Ibnu d-Dazinah رضي اللّه عنْه, cuando algunos descreídos de Quraish le habían capturado y querían asesinarle para vengar a los muertos de su familia durante la batalla de Badr, Abu Sufyan le dijo: “Por Al-lāh te pregunto, Zaid, ¿no preferirías que Muḥammad estuviera en tu lugar, que lo mataran mientras tu seguirías con los tuyos a salvo?”. Entonces Zaid رضي اللّه عنْه contestó: ¿Por Al-lāh, no me gustaría que resultara herido ni siquiera con el pinchazo de una espina, mientras que estaría con los míos.” Abu Sufyan le dijo: “No vi a alguien amar a otro, más que los compañeros de Muḥammad aman a Muḥammad.”

Las historias que demuestran el amor que tenían los sahaba por el Profeta Muḥammad (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam) son numerosas.

Amar al Mensajero de Al-lāh (^Alahis-Salāt wa s-salām) forma parte de nuestra vida, forma parte de nuestra religión, forma parte de los deberes del corazón, nada ni nadie nos tiene que impedir amarlo y quererlo, dentro de los límites de la ley del Islām, haciendo su alabanza, demostrando nuestro amor por él, con la poesía, con el madih, siguiendo su sunnah, y defendiendo su religión. Pero tampoco vamos a exagerar como lo que hacen algunos que dicen que Muḥammad lo sabe todo, tal como Al-lāh lo sabe todo. O aquellos que dicen que fue creado a partir de una luz de Dios, cosas absurdas y contrarias a la religión del Islām. ¿Cómo se atreven a soltar mentiras tan graves sobre nuestro Creador y nuestro Profeta? Dios no se asemeja en absolutamente nada a Sus criaturas, no es una luz, ni se asemeja la luz

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 Muḥammad es un ser humano, sí, pero es el mejor de los seres humanos, y le damos el valor y la alabanza que la ley nos permite darle.

También está ^Abdul-Lahi ibnu ^Umar, aquí un día se le había dicho cuando su pierna se había casi paralizado: “Menciona el nombre de la persona que más quieres”. Inmediatamente dijo: “¡¡Ya Muḥammad!!” Entonces se puso de pie, curado y sano, por el secreto y la bendición del amor que sentía por el Mensajero de Al-lāh (Sal-lal-lāhu ^alayhi wa sal-lam).

و الله أعلم و أحكم

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